elarrebato

Este espacio lo creé para poder compartir pensamientos, anécdotas, triunfos, fracasos y recuerdos que me han causado un arrebato debido a la importancia que tienen en mi vida y que me han hecho la mujer que soy. Espero que lo disfrutes y que si te apetece, le eches una mirada también

Nombre: anamaria
Ubicación: Caracas, Venezuela

28 años,gemela,Comunicadora Social, soltera, tía de cuatro bellezas que alegran la vida de todos los De Grazia Suárez... Con uno más en camino!!!

miércoles, agosto 17, 2005

Todo un profeta en su tierra


Dicen que nadie es profeta en su tierra pero Guillermo Vargas puede hacer esa aseveración. Un enólogo con mucha experiencia y dispuesto a brindar todo el abal de conocimientos que le ha dado su trayectoria por los cultivos de vid y las bodegas. Comparto con ustedes lo que me dejaron las conversaciones con este hombre que demuestra que la enología es una profesión que también da frutos en este país tropical.


Enólogo: Una profesión que también da frutos en Venezuela
Guillermo Vargas - vitivinicultor con amplios conocimientos del campo, de los cultivos, de la uva, de la producción vinícola y con una vasta trayectoria - nutre de sabiduría cada minuto al dar a conocer las bondades de cultivar en un clima tropical con suelos áridos y los sentidos implícitos en la degustación de un “buen vino”

Un enólogo es “quien trabaja el vino, pero quien maneja el viñedo también”. Así define su profesión Guillermo Vargas; un venezolano que tiene aproximadamente 30 años de experiencia entre los cultivos de los viñedos, en investigaciones e instruyendo a decenas de personas en la elaboración de vino en el país.

Guillermo Vargas es el responsable de la producción de Altagracia, única viña que existe en el país, ubicada en el estado Lara y de donde se extraen anualmente un millón de kilos de uvas destinadas a la elaboración de vinos blancos, tintos, sangrías y champaña de Bodegas Pomar, de óptima calidad y que llevan el sello de producción nacional. Su experiencia y sus investigaciones lo han hecho merecedor de representar a Venezuela en dos oportunidades; cuando ha formado parte de los paneles de jurados en los concursos mundiales de vino realizados en Burdeos y Canadá, donde se premian a los mejores vinos en su categoría.

Para llegar a ser lo que es hoy día, este reconocido venezolano primero se graduó de Ingeniero Agrónomo; hizo un postgrado de Enología en Madrid (España) con especialidad en Vinicultura en Francia, así como, realizó cursos de degustación, formación sensorial y cata en Burdeos (Francia).

Debe su profesión a la uva una planta muy exigente que para nacer, crecer, madurar y morir necesita mucha iluminación en el día, poca lluvia y noches frescas y Lara es el único estado de Venezuela que proporciona la altura y el clima idóneos para ella. Además de Altagracia, en el mismo estado, se encuentran Mucaro Bajo y El Tocuyo con condiciones térmicas similares.

Sus días se pasan en Carora, a 500 metros de altura sobre el nivel del mar, donde cuida que las noventa hectáreas de Altagracia tengan las condiciones térmicas necesarias para la producción de uva de vino. Considera que Venezuela es privilegiada, porque hay sol y luminosidad los 365 días del año y eso hace posible el cultivo de este fruto.

La enología y todo lo que encierra el mundo del vino en Venezuela es muy incipiente todavía, pero desde hace dos años se ha venido incrementando vertiginosamente. Las razones aún no están claras, pero todo indica que es una puerta que se abrió y que todavía queda mucho por recorrer, muestra de ello es la creación de casas de vino que antes no existían. “Ahora hay más gente que se interesa por conocer todo sobre los cultivos de uva, las vendimias y la producción de vino”. “El hábito de consumo del venezolano ha cambiado”.

La distinción, el glamour y el tupé que da saber catar vinos o conocer lo que encierra ese mundo de aromas y sabores llama la atención de muchas personas que se anotan en los cursos de inducción; lo que sorprende al experto es que sean jóvenes, en su mayoría, los que se animan a adentrarse en la cultura vitivinícola.

Como enólogo, Guillermo confiesa que es difícil decidir por un vino al momento de comer y compartir, pero finalmente afirma que el vino lo define el ambiente, la ocasión y el momento. “Puede ser blanco, tinto o champaña, pero lo que termina de darle el gusto al sorbo de vino es con quien se comparte y el motivo que propicia descorchar la botella”.