elarrebato

Este espacio lo creé para poder compartir pensamientos, anécdotas, triunfos, fracasos y recuerdos que me han causado un arrebato debido a la importancia que tienen en mi vida y que me han hecho la mujer que soy. Espero que lo disfrutes y que si te apetece, le eches una mirada también

Nombre: anamaria
Ubicación: Caracas, Venezuela

28 años,gemela,Comunicadora Social, soltera, tía de cuatro bellezas que alegran la vida de todos los De Grazia Suárez... Con uno más en camino!!!

martes, agosto 02, 2005

¡Qué gorda estoy!

Cuántas veces no se está en la mesa y se habla de las calorías, de los kilos de más, de la liposucción y de la grasa y cuántas otras una merienda con las amigas termina en una sesión de belleza y estilos, de pesos y tallas

Estar consciente que los excesos causan daño no está mal pero, aunque parezca contradictorio, excederse en el cuidado de la salud, las dietas y el ejercicio físico puede desencadenar una serie de sintomatologías que terminan en unos de los desórdenes alimenticios que más personas reúne en los últimos tiempos: la anorexia nerviosa.
La anorexia nerviosa no es más que el producto final de una serie de episodios ligados a la alimentación y al estilo de vida. Muchas veces las personas que la padecen han sido en su niñez o adolescencia de buen diente y de poco preocuparse por lo que lleven a su boca pero en algún momento, por los estereotipos fijados en los medios o por algún comentario fuerte hacia su manera de ser se sienten frustradas y comienzan una batalla contrarreloj para bajar de peso.
Esa persona que se sumerge en tablas de pesos, medidas y dietas tiene un antes y un después. Antes de sufrir anorexia era muy alegre, decidida, extrovertida, sociable, poco o nada complicada, mientras que después se convierte en una persona malhumorada, indecisa para todo, baja autoestima, introvertida y que se aleja de las reuniones sociales donde pueda haber comida o bebida. Su amiga más fiel es el agua.
Para llevar a cabo la meta de bajar todo el peso que “sea posible” se somete a excesivas jornadas de ejercicio físico y dietas estrictas. Por cualquier bocado de más toman un té adelgazante o laxantes para garantizar la expulsión de lo que consumen. Incluso, muchas veces botan o esconden los alimentos para hacer creer que comieron cuando en realidad no han probado bocado por su intenso miedo al aumento de peso.
Cada vez son más los adolescentes y jóvenes que ven a los alimentos sólo como una fuente de calorías, grasas y pesos y no como lo que son; una sustancia para subsistir o nutrirse y que sienten poca apreciación por su silueta por lo que siempre que están frente al espejo se ven gordas por muy delgadas que estén.
Este trastorno una especie de cultura de cuerpo, donde la dieta, el peso y la figura marcan la pauta del día a día y son las prioridades de esa persona. Ante cualquier evento social o reunión está la cita con el gimnasio, el spa o la masajista.
Las personas anoréxicas suelen ser excelentes alumnos y profesionales que antes de eso nunca habían dado problemas por nada; personas que se destacan en todas las actividades realizan por su preocupación por la perfección y exigencias consigo misma. Tienden a ser personas que sienten mucho placer cada vez que se les comenta que han bajado de peso, aunque siempre ven su silueta más gruesa de lo que realmente está.
Llama la atención que cada año aumenta el índice de mortalidad en jóvenes y adolescentes a causa de la anorexia nerviosa. Y aunque no existe una cura definida se ha demostrado que el antídoto más eficaz es la comprensión, la paciencia y el apoyo de los familiares para que esa persona se incorpore al mundo, sienta aprecio por sí misma y deje de pensar en ¡que gorda estoy! .